Éste lugar es el santuario y el hogar de más de 300 especies de aves, la mayoría de estas en peligro de extinción.
El inicio del recorrido fue el observar a los tigres Siberianos, los cuales al estar en un entorno muy reducido son delgados, y se mencionó que si llegasen a ser devueltos a la vida salvaje probablemente les costaría mucho trabajo el cazar su comida, ya que ahí les es llevada.
La visita fue una experiencia increíble, ya que pudimos tener contacto con los animales de una manera hermosa, pudimos darles de comer a los periquitos así como acariciar a una venado cola blanca.
La manera en la que los animales viven, es muy adaptada a su entorno natural, como por ejemplo los flamencos, a los cuales para que se sintieran en manadas les colocaron unos espejos grandes donde pudieran reflejarse y sentir que son más.
Dentro de la casa en donde se encuentran los Quetzales, también hay una adaptación, ya que el lugar fue diseñado de manera en la que éstas aves vivieran conforme a su medio, el cual es húmedo y fresco.
Es increíble cómo podemos apreciar de cerca a éstos animales, y es una ventaja muy bella poder visitar éste aviario, el cual está dentro de los 3 primeros más importantes del mundo.
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